Ya no es pobre, pero si antojado. Juanes, cumplió su sueño.

El concierto en la Habana "Paz sin fronteras", ya es historia. La cantante Olga Tañon, a quien admiro por su talento, carisma y sencillez fue la encargada de abrir el controversial espectáculo. Es sabido por muchos que la mujer de fuego, como se le conoce artísticamente, suele incluir en sus conciertos temas musicales de la entrañable Celia Cruz, homenajeando a la reina de la salsa en cada ocasión que puede, sin embargo, esta vez, el popurrí de nuestra guarachera estuvo ausente durante su show. Me entristece grandemente que el nombre de Celia, quien es una de las mayores representaciones de la música cubana fuese ignorado dentro de la tierra que la vio nacer y por parte de quien siempre la ha recordado en todos los escenarios donde ha tenido la oportunidad de presentarse....Aun así, la puertorriqueña aseguró que no hubo censura alguna por parte del gobierno de la isla.

Palabras superficiales y mensajes subliminales fueron pronunciadas por parte de los organizadores del evento. En muchas ocasiones se pudo escuchar la frase “¡Viva Cuba!”, sin embargo, a esta última le faltaba el adjetivo “¡libre!”, el cual le daba un mejor sentido a la expresión.
Juanes, a pocos minutos de finalizar la transmisión del recital, enunció a toda voz su deseo de que las familias cubanas estén unidas en una sola, y en dos ocasiones pronunció la frase “¡Cuba Libre!”, la cual, sin contexto previo deja mucho a la imaginación e interpretación de cada quien según su punto de vista.

Vale mencionar que el gobierno de la isla se jacta de vender al mundo la gran mentira de que en Cuba se vive en absoluta democracia y libertad, por lo tanto, la expresión del artista bien podría ser manipulada y aplicada en un contexto a favor del régimen Castrista.

Por mi parte apoyo el mensaje de Juanes y considero que las intenciones de su concierto fueron sinceras, sin embargo, no creo que esto traiga cambio alguno dentro de Cuba. Mañana el cantante regresará a Miami, abucheado por unos y aplaudido por otros, mientras que los cubanos de la isla seguirán en su cárcel flotante, inmersos en la misma miseria y falta de libertad con la que han vivido por los últimos 50 años.